Ser o No Ser

Yo Soy: otra forma de explotar al músico peruano.

Yo soy

El inicio fue expectante. No siempre se ve un programa que transmite canciones de Metallica, Led Zeppelin y AC/DC en horario estelar. El triunfo del imitador de Kurt Cobain en la primera temporada hizo sonar de nuevo a Nirvana en fiestas y las ventas repuntaron en algunas discotiendas. En cierta forma, la variada oferta de un programa de televisión demostraba que no se necesitaba de la corrupta y monotemática radio como medio de difusión musical. O al menos eso se pensaba.

Pero la novedad tuvo corta vida. El programa no siempre premiaba a los mejores y el desconocimiento de dos de los jurados hacia todo lo que suene a rock pronto dejó de parecer gracioso. ¿Acaso un jurado no tiene la obligación de prepararse antes de emitir un veredicto?

Cada mala pronunciación de Maricarmen Marín dejaba en claro que no existía el menor interés en conocer a los músicos que se imitaba. La cosa era imitar y punto.

Lima prefiere la copia al original. Se supo desde los noventa, gracias a inolvidables reportajes sobre el Michael Jackson peruano y los New Kids de Zárate. Fue ilustrativo ver cómo el imitador de Robert Plant era ovacionado a la salida del recital del Robert Plant original (a quien recibieron tibiamente).

Lamentablemente, los compositores que ganan el Festival de Claro no despiertan las mismas pasiones.

jurado

Pero lo grave son los leoninos contratos impuestos por el programa a los imitadores (ver aquí y aquí). Los participantes no solo otorgan los derechos sobre sus imitaciones: también ceden los derechos sobre sus propios nombres, rostros y voces por un lapso de al menos dos años. Ojo: muchos de ellos tienen años haciendo conciertos tributo en Barranco o Miraflores, así que no se trata necesariamente de novatos. Como ya se ha dicho, Yo Soy es otra forma más de reivindicar la noción del “cholo barato”.

Hay que colocar el tema en contexto. Gracias a la payola radial y los discos piratas, los conciertos eran el gran sustento de los músicos nacionales. Eran, porque a partir del modelo de negocios de Yo Soy el tradicional concierto tributo se ha convertido en otra forma de explotar al artista peruano. 

(Una versión más corta de este artículo fue publicada en la edición 2263 de la revista Caretas)

Carlos Cabanillas

¿Sueñan los gobernantes con ovejas eléctricas?

Manifiesto contra el indulto, contra la revocatoria y contra el falaz  referéndum de las redes sociales. 

Real human eyes will read these words in only a tiny minority of the cases.

And yet it is you, the person, the rarity among my readers, I hope to reach.

The words in this book are written for people, not computers.

I want to say: You have to be somebody before you can share yourself.

Contra el rebaño digital (You Are Not A Gadget: A Manifesto)

 Jaron Lanier

El 2012 es el año de la polarización. Hace meses que los debates se reducen a una disyuntiva simplista: a favor o en contra. Se pueden discutir medidas de gobierno, destapes periodísticos, líneas editoriales, piezas publicitarias, proyectos de ley o líos urbanísticos. Cualquiera que sea el tema, no hay matices. Las corrientes de opinión nos fuerzan a elegir y virtualmente todo parece reducirse a dos bandos enfrentados. Quizás por eso lo que queda de la opinión pública gira alrededor de las cuestionadas encuestadoras y las elitistas redes sociales. Dos herramientas que fuerzan la constante división maniquea. Basta  decir si se aprueba o se desaprueba, rellenar la casilla correcta y callar. Solo hay que hacer clic en like o unlike, follow o unfollow. No hay casillas para los distintos tonos de gris. No hay cuentas de Twitter sin sesgo ni muros de Facebook neutrales. La mísera discusión está a merced del rebote y el bloqueo arbitrario, del amiguismo de las argollas y los enemigos ad hominem. Los poquísimos que intentan desarrollar alguna opinión son inmediatamente aislados, minimizados y atacados. O peor aún: no son leídos.

Quizás estamos viviendo la inercia de la campaña electoral del 2011, un proceso que visibilizó divisiones que se mantienen hasta el día de hoy (por ejemplo, en el tema del indulto). Tal vez el primer gran parte aguas del año fue el proyecto Conga, que empezó con la disyuntiva más infeliz de este gobierno: ¿va o no va? El dilema derivó en otra encrucijada, una realmente absurda tratándose de un país con riquezas naturales: ¿agua u oro? Fue con Conga que el gobierno renunció a hacer política. Sin partidos para articular intereses particulares, la democracia representativa se evidenció en toda su metástasis. La legitimidad de los representantes políticos se disolvió a tal punto que hasta se intentó utilizar a dos curas de mediadores. Nada de eso funcionó. A estas alturas, podría decirse que ya nadie representa a nadie.

Es allí cuando entraron a tallar ciertos mecanismos de participación directa. Fue a partir de Conga que se planteó la necesidad de realizar un referéndum nacional. Una medida costosa y desproporcionada para intentar legitimar un proyecto privado que finalmente se frustró. De ahí en adelante, todos los temas parecen reclamar su propio referéndum o, al menos, su propia encuesta de dos casillas (a favor o en contra). La imposibilidad de construir consensos ha parido la patética situación actual. Hoy cualquier estupidez divide al país. Ahora resulta que todo polariza: la palabra de un diseñador, el proyecto Pandora, los gatos de Miraflores, el comercial de un instituto, el afiche de una tienda, los urinarios de un restaurante en San Borja y las corridas de toros. En este preciso instante, la mitad del país se pelea con la otra mitad en Twitter. Quizás el peinado de alguna celebridad tenga la culpa.

La pregunta retórica llega sola. ¿Realmente hay tantos temas que nos separan? Evidentemente, no.Ninguna de estas divisiones es verdaderamente importante y Twitter no es el reflejo del país, aunque a veces se comporta como lo más lumpen de la sociedad. El año de la polarización es, en realidad, el año de la estupidez.

Porque es idiota simplificar todos los temas de coyuntura en una tendenciosa división que promueve casi exclusivamente la efectista indignación y la sorda confrontación. La actual dinámica en internet es simple: o te indignas conmigo o te lincho. El constante plebiscito virtual de las redes sociales es el lenguaje binario de una sociedad frívola que ha renunciado a la crítica cultural, a discutir políticamente y a debatir en profundidad todo lo que consume.

Hay cuestiones urgentes, por supuesto. Son temas que trazan una línea divisoria a través del ideario popular, y que ameritan cierta contundencia y celeridad a la hora de asumir una postura. El indulto a Alberto Fujimori y la revocatoria a Susana Villarán son dos de esos raros casos en donde es casi imposible alcanzar un punto medio consensuado. Además, son dos propuestas que socavan la propia noción de responsabilidad política (asumir las decisiones y las acciones).

NMM se opone a ambas, pero tampoco se presta al juego de la falaz polarización. Decirle no al indulto no es decirle a Ollanta Humala. Decirle no a la revocatoria no es decirle a Susana Villarán. Este blog no encaja en la lógica de los bandos que cierran filas. No se precia de tener muchos amigos (aunque sí algunas amigas). Por eso es tan difícil estar satisfecho con la simplista bipolaridad que alientan las discusiones virtuales. Si las redes sociales funcionan bajo la lógica de hacer amigos, el periodismo suele funcionar bajo la inevitable lógica de hacer enemigos. Porque si la arquitectura de internet se basa en la confianza, el método periodístico se basa en la desconfianza.  En pensar por uno mismo y no en cadena con las inteligencias colectivas.  En ser el lobo entre el rebaño digital.

Carlos Cabanillas

El BlogDay de Gogastar

NMM ya tiene a su candidato favorito para ganar el concurso de los 20 Blogs Peruanos del Blogday 2012.

Se trata de uno de los tres finalistas en el rubro de tecnología: ByteGadget, más conocido como el otro blog de Gogastar.

Sospechamos que el blog del recordado reseñista de Novedades Movistar –el blogger que pronostica un cataclismo digital si el Estado no le renueva el contrato a Telefónica– es el que más oportunidades tiene de ganar el concurso auspiciado por Movistar.

El año pasado Movistar le hizo un homenaje a Gogastar. Para este año, NMM ya prepara el suyo. Fanfarria.

Y feliz día del Blogday.

Carlos Cabanillas

‘Betito’ es Cultura

Mañana jueves 16 de agosto se estrenará una obra que formará parte de lo que ya se conoce como el boom del teatro peruano. Por lo visto en el afiche promocional, no tendrá nada que envidiarle a la exitosa puesta en escena racista del musical Hairspray. La obra se llama 2Inverti2 y es el resultado de la siempre inquieta creatividad de Efraín Aguilar, el recordado Regidor de Cultura del ex alcalde Luis Castañeda Lossio.

El mamarracho es una afrenta, desde el nombre hasta la cobertura en prensa. El activista Gio Infante lo explica de manera didáctica: “homofobia y racismo, el combo de Efraín Aguilar porque -según su propuesta- mejor invertido que casado con chola fea.”

En tiempos en que la indignación se ha vuelto un commodity en las redes sociales, a ver si tantas camisas rasgadas sirven para algo más que el puro exhibicionismo.

Carlos Cabanillas

De Kloaka a Petroperú

(Caricatura: Magenta)

NMM viajó virtualmente hasta la casa de Roger Santiváñez -uno de los más emblemáticos poetas peruanos de los años ochenta- para conversar a propósito de los treinta años del Movimiento Poétiko Kloaka, del cual fue uno de los miembros fundadores y líder natural, y además para hablar del feroz intercambio que ha sostenido con Julio Heredia, también miembro de primera hora de Kloaka, quien ha cuestionado la versión histórica que Santivañez ha difundido en los últimos años sobre este polémico colectivo.  Esto es lo que el chico que se declaraba con la mirada nos tiene que decir.

Entrevista: José Carlos Yrigoyen

JCY: En lo relacionado a actividades, cronología y documentos, el Movimiento Kloaka, según tus testimonios, equivale a un año y medio de actividad, tres recitales y una revista de poesía. Pero para ti ¿qué más es Kloaka?

RS: Es la memoria de una hermosa etapa de mi juventud. Es el recuerdo de un grupo de poetas jóvenes a lo que nos reunió el destino en ese momento de 1982, es la agitación que hicimos por los barrios de la gran Lima, el taller de poesía interno que formamos y  la contribución a la poesía y al arte en el Perú, vía la obra individual de quienes fueron sus integrantes.

Está claro que el legado más importante de un grupo de poetas es la producción poética que realizan o realizaron bajo el nombre del colectivo. Desde ese punto de vista, ¿cuál ha sido este legado de parte de Kloaka, sin contar tus libros?

La poesía de Domingo de Ramos, algo nuevo en el concierto de nuestra poesía. Igualmente la obra de Mariela Dreyfus, José Antonio Mazzotti, Julio Heredia, la pintura de Enrique Polanco y la poesía de Dalmacia Ruiz Rosas, la de José Alberto Velarde y su obra de raíces étnicas aimaras. También cuento a la gente de la onda expansiva: Rodrigo Quijano, Rafael Dávila-Franco, Bruno Mendizábal, Frido Martin y la obra plástica de Fernando Bryce.

¿Y consideras que las obras de los poetas que mencionas son fundacionales de alguna manera?

Pienso que tienen lo suyo, es decir, tienen un lugar en el panorama de la poesía peruana desde 1980 hasta acá.

Ya. Pero no los llamarías fundacionales.

¿Qué es para ti fundacional?

Es decir, que son autores cuyo trabajo abre nuevas perspectivas, lugares, referentes o formas de poetizar en nuestra tradición.

Creo que sí, el caso de Domingo de Ramos es clarísimo. Los de Mariela Dreyfus y Dalmacia Ruiz Rosas igual, respecto a la tradición de la poesía escrita por mujeres. Los últimos trabajos de Mazzotti lo mismo.

¿Y no crees que Carmen Ollé ya había anticipado lo que hicieron Mariela y Dalmacia?

Podría ser, pero ella lo que hizo fue ponerle su tono personal -con enorme talento- a la poesía conversacional que imperaba en esa época y desde hacía tiempo atrás. Dreyfus y Ruiz Rosas han trabajado en ese mismo sentido. La única diferencia es que Ollé es anterior en el tiempo.

Roger, de un tiempo a esta parte has escrito numerosos testimonios sobre el Movimiento Kloaka y la época donde este surgió. Algunas personas, incluso ex miembros del Movimiento, como Julio Heredia, afirman que has sobredimensionado los alcances del grupo y su propia existencia, y que has reescrito su historia para este fin. ¿Qué puedes decir al respecto?

Julio Heredia solo respira por la herida, al no haber sido considerado para los eventos por los treinta años de Kloaka.

¿Por qué se censuró la participación de Heredia del homenaje por los treinta años de Kloaka?

Su presencia fue cuestionada por su actitud delatora en distintos momentos: acusó -falsamente- a algunos ex miembros del MK se ser “terroristas” o “senderistas”. Eso es grave.

¿Cuándo hizo eso Heredia?

En diversos momentos desde hace años.

Mencióname uno.

En una carta, cuando yo escribí un artículo en la revista Oiga por los días en que cayó Guzmán, deslizó sibilinamente esa presunción, que fue naturalmente aclarada por mí.

Bien, pero quisiera insistir con la pregunta anterior. ¿Qué piensas de los que dicen que has reescrito la historia de Kloaka?

No he reescrito la historia de Kloaka. Sencillamente he dado mi testimonio de lo que pasó hace treinta años.

En tus testimonios afirmas que Enrique Polanco fue miembro del Kloaka. Sin embargo él niega esta versión rotundamente. Dice que fue a una reunión con ustedes para tomar unos tragos y que luego se sorprendió al ver que aparecía en los manifiestos del grupo.

Eso no es cierto. Habla con Polanco hoy día y verás. Kike aparece firmando todos los documentos del MK de la época. Tan es así que en la expo que censuró Petroperú iba a haber una sección completa dedicada a su obra. Igual cedió gentilmente sus cuadros para el CD que hemos publicado, A-LA ROQJ /SOUND TRACK DE UNA UTOPIA con las bandas kloakensis.

Roger, Polanco le dijo eso a Jerónimo Pimentel hace dos meses.

Yo me remito a los hechos: en 1982 yo le propuse a Polanco entrar a Kloaka, y él se entusiasmó. Esto sucedió en una reunión en el local del taller de Huayco en Barranco. “Bacán” me dijo, “Kloaka es la ciudad”. A partir de allí participó activamente en el Movimiento y firmó todos los documentos que fueron publicados por Kloaka hasta el final.

Siguiendo con esto de los miembros, los aliados, y los no miembros, ¿Cuál fue la verdadera participación de José Antonio Mazzotti en Kloaka?

Mazzotti tuvo una intensa participación en Kloaka en su tramo final: fines de 1983 y el verano de 1984. Dalmacia también, aunque un poco menos. Los miembros de la onda expansiva: Quijano, Dávila Franco, Frido Martin, Bryce eran jóvenes amigos muy cercanos, iban a algunas reuniones y participaban en ciertos eventos; por ejemplo Quijano y Bryce eran del Durazno Sangrando, una excelente banda -digamos- protosubte que tocó en el recital de lanzamiento de Kloaka en el Bar La Catedral, el 11 de febrero de 1983.

Te pregunto esto porque una de las cosas que afirma Heredia, y no solo Heredia, es que uno de los episodios que se ha reescrito en tu historia es la participación de Mazzotti en Kloaka, y esto es debido a su actual influencia sobre los miembros del Movimiento, quienes junto a él han armado una campaña de legitimización de MK en el medio académico norteamericano. ¿Qué piensas de esto?

Ya te comenté la real participación de Mazzotti en los días de Kloaka. Nadie tiene mayor o menor influencia entre o sobre los ex miembros de Kloaka. El MK fue una creación colectiva y ese espíritu continúa. Que José Antonio haga tal o cual trabajo académico en Estados Unidos, es su pleno derecho. Si habla de Kloaka, me alegro, porque es un grupo al que yo contribuí a fundar.

Durante los años ochenta algunas movidas culturales como el rock subterráneo o  las artes plásticas tuvieron la presencia de Sendero Luminoso. Los escritores peruanos de entonces también tuvieron cerca esa presencia, y aunque muchos lo nieguen ahora, hubo una corriente de simpatía hacia SL. ¿Cómo fue el caso de Kloaka al respecto?

Kloaka fue un movimiento de bandera negra: anarquista radical. No existe ningún documento en que Kloaka muestre simpatía ni por SL ni por agrupación política alguna. Ese es un sambenito colgado a Kloaka por mentes malintencionadas y nada más.

Entonces afino mi pregunta: ¿Qué pensaban los miembros de Kloaka sobre SL entre 1982 y 1984?

Pensábamos que era un grupo maoísta que se había alzado en armas.

Bueno, esa es una definición de la Wikipedia. ¿Cuál era su posición frente a eso?

Ninguna. Nosotros éramos anarquistas.

¿Ninguna? Lima estaba aterrorizada constantemente por apagones, coches bomba y toques de queda, ¿y ustedes no tenían ninguna posición?

No. Observábamos lo que estaba sucediendo, con estupor, claro, pero nuestra propuesta era anarco-utópica.

Mi última pregunta, Roger: ¿cómo se concilia el espíritu anarco radical – bandera negra de Kloaka con que sus miembros acepten que una institución del Estado les haga un homenaje?

Kloaka ya no existe, mi estimado. Eso ocurrió hace 30 años. Lo que celebramos es la memoria de lo que fue el MK. Y sobre todo su contribución concreta en la obra poética, plástica y rock de sus ex- miembros, aliados y simpatizantes. Ex-miembros en Lima consiguieron el apoyo del Estado que tú citas. Y yo lo apoye, ya que ¿por qué no? actualmente somos -individualmente- poetas y/o artistas y podemos exponer nuestro trabajo -donde quiera que sea- con tal que puedas hacerla con la total libertad que merecen el arte y la poesía.

“No le dan el diploma de poeta a cualquier cojudo”

NMM ingresó al departamento de Rodolfo Hinostroza (“el primer poeta peruano en ganar un premio en Europa”, nos recuerda) para hacerle una entrevista acerca de su último libro, Pararrayos de Dios. Crónicas de poetas (Tribal, 2012), donde disecciona a algunos poetas peruanos y descuartiza a otros. En las respuestas que el autor de Consejero del Lobo y Contra natura nos concede no hace más que proseguir con su tarea, haciendo gala de una urticante sinceridad que no respeta ni a los vivos ni a los muertos. Pero primero, fieles a nuestra costumbre, teníamos que terminar con un mito.

Entrevista: José Carlos Yrigoyen

JCY: Antes de hablar sobre Pararrayos de Dios, quisiera saber tu opinión definitiva acerca de esta leyenda negra que hace años te persigue.
RH: (Tomando el libro y riendo estruendosamente) Este poemario no es mío de ninguna manera. Yo sé de la existencia de este libro desde que salió, porque José Miguel Oviedo me llamó por teléfono para preguntarme si yo era el autor, luego me pasó el libro y luego de decirle que no era mío publicó una aclaración en El Comercio, me parece. Es verdad que está dedicado a Octavio Hinostroza, un homónimo de mi padre, pero si te fijas bien está dedicado a Octavio P. Hinostroza, y mi padre no tenía un segundo nombre que empezara con P. Lo que sí, nunca conocí al verdadero autor del libro, que misteriosamente solo pone su apellido, lo cual sin duda ha generado esa confusión.

Bien, ahora hablemos de tu libro. ¿Cómo calificarías estos textos que has publicado? Porque está claro que homenajes no son.
Son memorias, son memorias más que otra cosa. Pero sí hay una intención de hacer homenajes. En general, es un homenaje a gente que tuvo los cojones de ser poeta en el Perú, un oficio de alto riesgo. Es un oficio de poca plata y alto riesgo. Y es gente que ha tenido capacidad para dedicarse a cosas que les hubieran permitido vivir cómodamente. Además, yo siempre me he llevado bien con los poetas, como has podido leer en el libro; incluso desde que nací tuve que ver con esa vida, pues mi padre y mi madre fueron poetas.

Hablando de tu madre, en la crónica que le haces dices lo siguiente sobre ella: “Lo triste fue que cuando se aventuró en la poesía moderna bajo el padrinazgo de Demetrio [Quiroz-Malca], no pudo dar la talla y su primer libro editado, Moneda de luz, fue duramente vapuleado por la crítica (…) Si mi madre hubiera insistido en esta vía, es posible que hubiera sido reconocida por la crítica como poeta, a la cabo de algunos años y publicaciones. Pero tenía la autoestima débil en una profesión que a veces requiere tener pellejo de elefante”. Es una versión mucho más moderada que la que diste en 1978, en tu libro Aprendizaje de la limpieza: “[Mi madre] se ponía a escribir una novela luego poemas publicó un libro que un hijo de puta de crítico demolió bajamente para hacerse las uñas para hacer carrera aplastando a los débiles esto ya lo pagó y si depende de mí lo pagará más caro aún”. ¿Ese crítico era José Miguel Oviedo? ¿Qué te hizo variar tu punto de vista sobre ese incidente?
Era Oviedo, sí. Fíjate, yo tenía una idea de que la crítica había sido muy malévola porque Oviedo decía que mi madre imitaba la poesía de Demetrio Quiroz Malca, quien entonces era su pareja. Como mi madre era feminista, esa crítica la hizo sentirse muy disminuida, como si la destinaran a un lugar debajo del  hombre con el que estaba. Y mira, yo leí a la ligera la crítica esa, recién la he leído bien hace poco, casi medio siglo después. Es una crítica que apareció en el diario La Prensa. Y sí, es venenosa; la criticaba porque los versos estaban mal cortados, decía que su poesía no era muy buena, juzgaba a mi madre por encima del hombro, pero no llegaba a ser demoledora. Yo sé lo que es demoler a alguien; yo he demolido a algunos…. La reseña tenía mala leche, pero era moderada, no era para tanto. También tienes que darte cuenta de que ese era el método de Oviedo, le gustaba meterse en polémicas, sobre todo con gente de izquierdas… Oviedo era el gallito de la Católica, se peleaba con Romualdo, con gente de peso, por eso la gente lo odiaba. Muy arrogante era Oviedo, un auténtico cucufato de la Católica. La gente lo odiaba y andaba ganándose peleas, pero Oviedo no era muy peleón físicamente, le corría siempre a la trompeadera. Pero acá somos muy pacíficos comparando con México, donde los escritores mandan matones a los críticos que escriben mal de ellos para que les rompan una pierna. Yo lo he visto.

De tus crónicas, una de las más controversiales es la de Javier Heraud. No niego que tiene algo de homenaje, pero sobre todo es una desmitificación, una desmitificación bien dura…
¿Por qué dura? Yo no la encuentro dura, francamente. Yo sé que tú estás pensando en la conversación que narro al final; esa es la conversación entre dos muchachos de diecinueve años que están decidiendo si van o no a dejarse matar, como se hizo matar Heraud. Yo tengo todo el derecho de contar lo que cuento. Me he guardado cincuenta años esta conversación y la pongo ahí tal cual ocurrió. Me hubiera parecido terrible omitir algo tan importante como esa conversación con Heraud, que es parte de mis memorias de la guerrilla y de Cuba…

La impresión que le queda a uno luego de leer la crónica es que Javier Heraud se dejó matar por huevón, o peor aún, para no quedar como un huevón. 
Pero es que así fue. Eso es lo que quería. Le hacían bullying al pobre Javier. Él es una de las primeras víctimas de bullying en el Perú. En el Markham siempre lo trataban mal, le metían cabe, le metían la mano, yo sé lo que son esas cosas, porque yo he estudiado en el Guadalupe, que era un colegio más bravo, y se metían con los blanquitos. Como soy medio blanquito sufrí algún intento de ataque, pero yo les metía un patadón bien dado y ni más se metían conmigo. Yo me solidarizo con Heraud porque sé muy bien lo que pudo haber pasado. Pero su destino no fue el más trágico ni mucho menos, el de Chirinos Cúneo fue tan terrible como el suyo, sin duda.

Otra de las crónicas que has publicado, y que apareció en Caretas previamente, es la de Manuel Scorza, que fue muy discutida. Incluso sus deudos mandaron una carta a la revista exigiendo una rectificación. Tú has publicado la crónica tal cual en tu libro y, ciertamente, termina siendo el personaje más cuestionado del volumen…
Bueno, a la crónica le hice algunas leves correcciones cuando la publiqué, pero es esencialmente lo que salió en Caretas. Es un retrato duro, pero Scorza fue muy duro también en su momento; él cometió una cantidad de barbaridades y la mayoría no las cuento, felizmente. Está lo de Populibros, por ejemplo. Estafó a todo el gremio de escritores editándoles libros, pero jamás les pagaba regalías. Y encima se burlaba cuando alguien le reclamaba: “¿Por qué te quejas, si nadie te quería publicar y yo te he publicado? ¿No te gusta que lean? ¿Ah, sí te gusta? ¿Entonces, por qué reclamas? ¿Y encima quieres que te pague?”. Más conchudo era… A él le gustaba vivir bien y tenía un lindo departamento en Miraflores. Él tenía ese dicho famoso: “Miraflores es una isla de felicidad rodeada de Perú por todos lados”. No tenía escrúpulos, era muy arribista, muy oportunista. Y todo eso lo era descaradamente. Yo tuve oportunidad de verlo mucho. Aunque había mucha diferencia de edad nos llevábamos bien, aunque siempre quería aprovecharse de la gente…

Sí, pero ¿de dónde lo sacaste eso que escribes al final de la crónica: “la vez siguiente que supe de él fue cuando murió en un accidente de aviación, en el aeropuerto de Barajas. En una bolsa que su cadáver chamuscado aferraba con desesperación había, cash, 20,000 dólares”?
Eso me lo contó Julio Ramón Ribeyro, que en ese entonces estaba en la Embajada de Perú y había asistido a una escena entre el hijo y la viuda por la posesión del maletín. Y Julio Ramón era un hombre muy recto, muy derecho, incapaz de difamar a nadie. En cambio Scorza… Yo tengo una anécdota que no he incluido en mi libro sobre él y que involucra a Julio Ramón. Esto también me lo contó Ribeyro, de quien yo he sido íntimo. Tiene que ver con el premio de novela que convocaron Populibros y el diario Expreso a mediados de los sesenta. El premio tuvo mucha publicidad en radio y televisión, y tenía como premio mayor cincuenta mil soles. El hecho es que lo ganó Julio Ramón por Los geniecillos dominicales y Scorza no le pagó ni un solo sol de los cincuenta mil del premio. Fue una mecida colosal. Nunca le pagó. Se tiró la plata. Julio Ramón Ribeyro pudo denunciarlo públicamente, pero como era un caballero no lo hizo. Pero era un secreto a voces que Scorza era un pendejo. Hay mucha gente que lo ha sufrido. A Oswaldo Reynoso, por ejemplo, no le pagó nada por los miles de libros que vendió de Lima en rock. Además era un libro que estaba lleno de erratas. Hasta la carátula tenía erratas, y aunque Reynoso le había pedido que cambiara la carátula, Scorza vendía el libro así nomás. Y al título le faltaba una letra, carajo.

Hasta este punto hemos mencionado bastante gente que tú consideras polémica. Ahora déjame preguntarte, Rodolfo, ¿te  consideras una persona polémica?
A mí me consideran polémico porque digo lo que pienso. Yo no soy una persona que disfraza sus pensamientos o sus sentimientos. Si no, no estaría casado hace 28 años con una mujer que trabajó en la diplomacia de su país. Ella es holandesa. Ahí ella descubrió que la diplomacia era una carrera donde le enseñaban a la gente a mentir y a disimular. Y cuando me conoció a mí fue un flechazo, carajo. Yo siempre he dicho la verdad, que es algo que le interesa muy poco a la gente de este país. Aquí la gente miente como respira.

Te lo preguntaba porque en los últimos años te has visto envuelto en varias polémicas con poetas y escritores en general. Mientras repasaba la web buscando información para hacer esta entrevista, me reencontré con una confrontación algo virulenta con Renato Sandoval, en la que declarabas lo siguiente con respecto a su participación y a la de Ricardo Silva Santisteban en la Bienal de Montevideo del 2006: “Ellos son conocidos por su oficio, que presumo lo hacen bien y de hecho han traducido a numerosos poetas del inglés, del francés, hasta del finlandés, pero eso de ningún modo garantiza la calidad de su poesía, que está bien por debajo de la línea de flotación. Lo malo es que se presentaron como poetas, y su intervención hizo bajar el nivel de nuestra representación nacional, fue como echarle agua al vino.”¿Sigues manteniendo la misma opinión?
Bueno, Sandoval como poeta se defiende, pero para mí no es un poeta que cuente nada interesante. Nunca me ha gustado. Además es un conchudo, se cree poeta porque lo invitan a todas partes. Cuando estábamos en Buenos Aires –después de Montevideo fuimos a Buenos Aires-, la Embajada me invitó para leer unos poemas. A él no sé quien lo invitó, pero la cosa es que al final leíamos los dos juntos, él y yo, nadie más. Estábamos en el mismo hotel. Yo salí a tiempo para el recital, el sitio quedaba cerca, además yo era el poeta mayor ahí, yo tenía que cerrar el evento, así estaba programado. Pero Sandoval llegó una hora tarde, en limosina todavía. Lo estuvimos esperando, pero no llegaba. Y entonces tuve que leer al comienzo y él se las arregló para leer al final como si él fuera el poeta principal. Porque es así como se trata a sí mismo el amigo Renato, ¿no? Eso no me gustó nada. Además yo no sé qué hacía él en una reunión donde estaba yo, Carlos Germán Belli, entre otros poetas muy calificados. Es gente que se ha metido por los palos, con un poemita que les publican aquí y allá, como es el caso de Ricardo Silva Santisteban. Yo conozco la poesía de Ricardo Silva, y es pomposa, sentenciosa y muy menor, y tampoco ha hecho carrera en la cosa poética, que yo sepa. Han hecho carrera como traductores, han ganado premios por ese trabajo y por sus relaciones con los editores han logrado publicar poesía. Y pasan como poetas, pero no le dan diploma de poeta a cualquier cojudo, pues. Yo no creo que baste publicar un libro de poesía para ser poeta.

¿Cómo va tu anunciado cuarto libro de poemas, Dioses?
Ahí va, no le estoy dedicando mucho tiempo, estoy quitándome de encima algunas cosas pendientes. Por lo pronto acabo de terminar mi segundo libro de astrología. Como el primero que publiqué, El sistema astrológico (1973), del cual se vendieron cien mil ejemplares en América Latina y España, cumple cuarenta años, he querido sacar una edición nueva, distinta. Este viene con un CD para que puedas hacer tú mismo tus cálculos astrológicos y hagas tu carta astral. Tiene dos sistemas de interpretación, el clásico y uno nuevo que propongo yo, el de la astrología geomagnética. Va a ser publicado en Argentina, donde están muy interesados. Eso es para mí en este momento más importante que la poesía y la literatura. También he terminado un libro que son mis memorias gastronómicas, donde pongo en su sitio a Gastón Acurio para que no se robe la película.

¿Qué es lo que más te jode del actual boom gastronómico?
Yo al final de este libro me termino cagando de risa con eso del dar un día para el pisco sour, otro para la causa rellena, otro para el lomo saltado… me burlo de ese santoral que nos han inventado, de esas huachaferías que tenemos nosotros los peruanos.

Guía NMM del Festival de Cine 2012

No todo es Batman. Otras voces (otros ámbitos) se proyectan en Lima del 3 al 11 de agosto. Convocados por NMM, los críticos Ricardo Bedoya, Sebastián Pimentel y José Tsang desmadejan el ovillo cinéfilo para que los lectores encuentren la salida del laberinto. De nada.

1. RICARDO BEDOYA: “Es un festival que no investiga, que no debate sobre lo que pasa hoy con las imágenes” 

El Festival de Lima de este año tiene los mismos aciertos y debilidades (invencibles debilidades) de años anteriores.

Aciertos: ofrecer un panorama del cine que no vemos el resto del año y propiciar un espacio de encuentros y diálogo.

Defectos: su desconfianza ante lo experimental y lo nuevo y su cerrazón ante las variantes del cine digital que se hace en América Latina y aquí mismo. ¿Dónde está la muestra de cine regional y digital peruano que se espera hace tiempo?

Es un festival que no investiga, que no propone retrospectivas orgánicas, que no mira al pasado, que no recupera la historia del cine en serio, que no debate sobre lo que pasa hoy con las imágenes. No basta con mostrar películas. Los festivales de cine que importan en el ancho mundo de estos certámenes son los que incitan a la reflexión.

Las películas que no se pueden perder de la competencia de ficción son:

-“El estudiante” de Santiago Mitre.

-“Elefante blanco” de Pablo Trapero.

-“La sirga” de William Vega.

-“Post Tenebras Lux” de Carlos Reygadas.

-“3” de Pablo Stoll.

-“Abrir puertas y ventanas” de Milagros Mumenthaler.

No menciono a las películas peruanas porque no las he visto.

Las que no se pueden perder en la competencia documental son:

-“Escuela normal” de Celina Murga.

-“Los últimos cangaceiros” de Wolney Olivera.

-“Un largo viaje” de Lucía Murat.

-“Hija” de María Paz González.

Las mejores películas del festival, más allá de competencias y nacionalidades:

-“Una separación” de Asghar Farhadi.

-“Tournée” de Mathieu Amalric.

-“Irma Vep” y “La hora del verano” de Olivier Assayas.

-“Misterios de Lisboa” de Raúl Ruiz.

-“Le Havre” de Aki Kaurismaki.


Recomendadas y con especiales referencias:

-“Los Salvajes” de Alejandro Fadel.

-“Los Marziano” de Ana Katz

-“Historias que solo existen cuando son recordadas” de Julia Murat

-“A música segundo Tom Jobim” de Nelson Pereira Dos Santos y Dora Jobim


La organización del Festival (horarios, proyecciones) suele ser impecable, más allá de algunos desajustes inevitables. No hay nada que decir al respecto.

Ojalá que los jurados (al menos, el de la crítica) eviten los premios consensuales y de transacción. Los premios de un festival deben recompensar lo mejor, claro, pero también lo más provocativo o arriesgado, aunque la decisión cause la pifia de la mayoría.

2. SEBASTIÁN PIMENTEL: “Atención con el estreno de “Chicama”. La filmografía que viene haciendo el trujillano Omar Forero es extraordinaria, por lo que vale destacar la presencia de este excelente director en el Festival”.

La oferta de películas ha mejorado, quizá por la competencia con flamantes festivales internacionales peruanos (FIACID y Lima independiente, ambos con muestras exclusivamente digitales) que también compiten por traer lo mejor del cine latinoamericano y han mostrado un rigor mayor en cuanto a la elaboración de sus secciones. (Lo que distingue a este festival es que también, o sobre todo, traen películas en cine). Toda competencia es buena porque obliga a mejorar.

Lo mejor:

– La muestra de 12 películas –en soporte celuloide– de Raúl Ruiz (recientemente fallecido). [Actualización: Sebastián nos comenta que fue a la proyección de una de las películas de Ruiz y era en DVD].

– El homenaje al legendario cineasta peruano Jorge Vignati (brazo derecho de Herzog en “Fitzcarraldo”). Y la exhibición de uno de sus cortos míticos que se creía perdido y ha sido rescatado: “Danzantes de tijeras” (1972), película de un solo plano-secuencia de 10 minutos. (Ganadora en Milán)

– Vuelve a visitarnos el maestro Nelson Pereira Dos Santos (líder del Cinema Novo, autor de obras maestras como “Vidas Secas” o “Qué bueno era mi francés”). Él presenta también un documental reciente sobre Tom Jobim.

– La sección “La vuelta al mundo en 8 días” donde se adelantan estrenos de la cartelera comercial:  la iraní “Nader y Simin, una separación” (Oso de Oro en Berlín, muy recomendable), “Another Year” (todo estreno de Mike Leigh es recomendable),”Tournée”  (Mathieu Amalric, al parecer un francés en onda Cassavetes) y “A Roma con amor”, la última de Woody Allen.

– La mini-retrospectiva de 3 filmes del director francés Olivier Assayas (sobre todo atención a “Irma Vep” y “La hora del verano”).

Obras maestras absolutas que he visto:

– “Le Havre” (Aki Kaurismaki)

– “Misterios de Lisboa” (el testamento de Ruiz, una de las mejores del 2010 a nivel mundial)

– “La comedia de la inocencia” (Ruiz)

– “El tiempo recobrado” (versión de Ruiz de “En búsqueda del tiempo perdido”, de Proust)

Algunas recomendadas de la competencia oficial:

Argentina: “El estudiante” (debut del guionista usual de Pablo Trapero, Santiago Mitre), “Elefante blanco” (última de Trapero).

México: “Post tenebras lux” de Reygadas (Ganadora del Premio a Mejor Dirección en Cannes 2012)

Perú: “Chicama” (La filmografía que viene haciendo el trujillano Omar Forero es extraordinaria. Para mí, su película en digital “Los actores” -2006- es una de las pocas obras maestras del cine peruano. Forero tiene otra película que ha estrenado este 2012, “El ordenador”, en digital, presentada en el festival  “Lima independiente” que ha tenido los mejores comentarios). A destacar la presencia de este excelente director -que no es limeño- compitiendo en el Festival.

Documentales a considerar:

–  “Carriere, 250 metros” (documental sobre el guionista y amigo de Luis Buñuel, el francés Jean Claude Carriere) dirigido por Juan Carlos Rulfo (interesante cineasta, hijo de Juan Rulfo), en la sección “Galas”.

– “Marker 72”, documental chileno que registra el paso de Chris Marker – cineasta de culto fallecido hace poco- por Chile (en épocas de Allende), en “Espacio Filmoteca”

– “La maleta mexicana”, documental sobre un conjunto de negativos tomados por Robert Cappa en la Guerra Civil Española, desaparecidos y recuperados 70 años después, en “Espacio Filmoteca”.

Lo peor:

–  Una marca distintiva del festival: los criterios para saber cuál es el criterio de agrupación de las películas en secciones son misteriosos (las razones no se encuentran en la página web) y muchas de ellas tienen nombres bastante desternillantes y que no ayudan mucho: “Galas”, “La otra orilla”, “La vuelta al mundo en 8 días”,  “Presencia francesa”.

Un detalle triste:

Ponen en la página web del Festival 6 largos párrafos de trayectoria profesional y alabanzas a los dos miembros del jurado internacional (Arciniegas y Wolf), y le ponen apenas tres líneas displicentes al integrante peruano (Juan José Beteta). ¿Por qué esto no lo hubieran hecho ni los mexicanos, ni los argentinos, ni los colombianos, ni los chilenos? ¿Por qué?

3. JOSÉ TSANG: ““Post Tenebras Lux” del mexicano Carlos Reygadas causó polémica Cannes. A ver si lo hace en Lima”.

Me entusiasma que una película como “3, una comedia familiar”, de Pablo Stoll, esté en el Festival de Cine de Lima. El director uruguayo siempre busca emocionar con sus películas y ha sido fiel a una ética cinematográfica. Nunca ha necesitado de discutibles toques marginales, aburridas visiones telúricas, ideologías políticas, miserabilismo o sadismo, trampas mortales comunes al cine latinoamericano para ser impostado y complacer a ojos europeos. No es un burgués que filma a pobres. Es, más bien, un director que escucha mucho punk, post-punk y otras músicas, y que factura un cine cercano, anti-solemne y plenamente cinematográfico. Una pena que su anterior película, la excelente “Hiroshima” –que tiene guiños a la novela “La Ciudad” del escritor Mario Levrero–, no haya pasado por el Festival, que ahora se reivindica con “3”, en el que un papá intenta restablecer lazos con su hija y con su primera esposa. Todo apunta a que Stoll, nuevamente, acierta, con humor, melancolía y, claro, mucha música.

En cambio, varios lastres que mencioné los encuentro en la argentina “Los Salvajes”, que se verá en la muestra de la Semana de la Crítica de Cannes que trae el Festival. Cinco jóvenes se escapan de un instituto de menores y emprenden una travesía por una geografía rural. El director Alejandro Fadel dispara a muchas direcciones. Los fugitivos son, efectivamente, unos salvajes que disparan a quemarropa y matan gente, pero creo que ese no es el problema, sino la invocación de una mística forzada que deviene en una grandilocuencia bastante intragable: la cámara se eleva al cielo, la banda sonora es machacante para sugerir tensión, se insertan planos a contraluz que rompen con el estilo de la película y los encuadres que necesitan ser contemplados se prestan al bostezo. Hay también sugerencias a una visión panteísta y, al parecer, guiños a Buñuel y a Rossellini. Pero todo huele a megalomanía antes que a un genuino cine trascendental. Eso sí, se reconoce que el acabado técnico es de primera y que las actuaciones son contundentes.

Esa es, quizá, una de las claves para no perderse en un Festival: detectar, en la medida de lo posible, esas trampas mortales latinoamericanas. No importa la nacionalidad de las películas.

Vuelvo a los pronósticos. Espero con expectativas “Post Tenebras Lux” del mexicano Carlos Reygadas. Sus dos primeras películas impactaron en Cannes y levantaron polvareda, pero con la tercera, “Luz Silenciosa”, creo que el consenso es mucho mayor. Sus hermosos planos-secuencia tienen un sentido: la espera y la preparación ante la inminencia de un milagro. Ahí Reygadas deja la sangre y el sexo explícito para proceder a borrar los límites entre lo divino y lo humano, para convencer al espectador de que un milagro puede ocurrir entre nosotros. En “Luz Silenciosa” vemos uno de los amaneceres más impresionantes que se haya filmado jamás. En cambio, todos los indicios sugieren que “Post Tenebras Lux” tiene más que ver con la oscuridad que invade al mundo. Y regresan también las escenas provocadoras: una orgía en una sauna, por ejemplo. En fin. “Post Tenebras Lux” armó polémica Cannes. A ver si lo hace en Lima.

Claudio Cordero ya ha visto varias películas y me recomienda estas: las argentinas “El Estudiante” y “Escuela Normal”, la chilena “Hija” y la brasileña “Los últimos Cangaceiros”, estas tres últimas documentales. También habrá que estar atento a las argentinas “Los Marziano” y “Elefante Blanco”.

Sobre las películas peruanas, el pronóstico es reservado. Casi nadie ha visto aún las peruanas. A ver si “Chicama”, del realizador trujillano Omar Forero, da el batacazo.

4. BONUS TRACK. Recomendaciones de dos críticos de la revista “Godard!”:

– Jaime Akamine (colaborador de Perú), en orden de preferencia: ‘Abrir puertas y ventanas’, ‘La Playa D.C.’, ‘El Estudiante’, ‘Pescador’- todas de la Competencia Oficial- y ‘El Campo’ (sección Cine Argentino, muestra paralela).

– Eduardo D. Benítez (colaborador de Argentina): “Después de realizar ‘El juego de la silla’ y ‘Una novia errante’, Ana Katz entrega la obra más acabada de su filmografía. ‘Los Marziano’ es un electrocardiograma de la disfunción familiar con remisiones estilísticas a Wes Anderson. Cierta austeridad en la dirección dramática, una epopeya coral en clave de comedia desafectada, personajes con lagunas emocionales y una planificación rigurosa hacen de ´Los Marziano´ un film ineludible. Que un dream team (Arturo Puig, Mercedes Morán, Guillermo Francella, Rita Cortese) proveniente mayormente de la televisión masiva haya participado de esta película que busca explorar con una mirada aguda e inédita el género comedia, ya de por sí es un lujo.”

El Libro que Odia Movadef

“Profetas del Odio” de Gonzalo Portocarrero, que ya se perfila como el mejor libro de ensayos del 2012, motiva una mesa redonda hoy martes 31 (5:30 pm) en la FIL. ¿Irán?

Foto: La República.

“Profetas del Odio” (Fondo Editorial PUCP, 2012) es un recorrido analítico por diversos discursos. Textuales (letras de canciones, tradiciones ayacuchanas, cuentos y novelas de Arguedas, un relato de Elena Iparraguirre y conferencias y libros de Abimael Guzmán, por ejemplo), audiovisuales (la versión completa del video conocido como “Baile de Zorba el griego”) y plásticos o gráficos (como los dibujos sobre “la guerra popular”).

Portocarrero no muestra pareja agudeza en todos sus análisis (es notable la interpretación del anónimo cusqueño del S. XVII “El triunfo del evangelio” pero me sigue generando dudas su conclusión sobre la desgarradora despedida de una madre -“hijo, antes de morir, mata”- cuando éste se va “al monte” a integrar las filas de Sendero). Sin embargo, el autor siempre es meticuloso y explora los objetos de estudio con todas sus armas, aunque esto a veces vaya en contra de la dinámica de la escritura y del relato en general.

En cuanto a lo textual destacan dos capítulos

El que presenta a Víctor Zavala Cataño como decisivo para provocar el “despertar del pongo” a través del teatro campesino.  Zavala Cataño como dramaturgo “fue –quizá- el principal constructor del puente que permitiría que la propuesta política de Guzmán llegara, vía los jóvenes estudiantes, al mundo campesino”.
Zavala Cataño sería luego identificado como el camarada Rolando. Miembro del Comité Central y líder de “Socorro Popular”. Fue capturado en 1991 por el GEIN. Como parte del proceso de escritura del libro Portocarrero lo visita en Castro Castro. Allí se encuentra con alguien que si alguna vez fue un volcán, “ahora está casi extinguido”.

Otro análisis interesante es el que se hace sobre “El viaje hacia el mar”, relato de Elena Iparraguirre publicado en 1995 donde simbólicamente se narra el pasado y el futuro de Sendero.

Luego de que el padre, conductor del camión familiar, es detenido por la patrulla de caminos y llevado a prisión se imponía la “suspensión del viaje”. Los hijos no acatan. “Prosiguieron la marcha”. Pero “se desviaron del camino, se estrellaron contra las rocas y cayeron al abismo”.

Sin embargo, las hijas y los hijos de los esos hijos desobedientes “reconstituyeron el camión, reemprendieron el camino y llegaron hasta el mar”. Que levante la mano quien no pensó en Movadef.

VIDEO Y DIBUJOS

La interpretación del  video del congreso PCP-SL de 1989, que es la versión completa del video conocido como “Baile de Zorba el griego” muestra a un Guzmán incómodo, huyendo de la cámara, de sus admiradores. Para Portocarrero ese video evidencia a un personaje no comprometido, que es capaz de mandar a matar pero no es capaz de morir. Lectura que se confirmaría con su reacción al ser capturado.

Los dibujos del folleto titulado “De la guerra popular nace el nuevo poder. En el X aniversario” muestra otra vez a Portocarrero muy agudo en sus observaciones. Su conclusión, “Sendero Luminoso propone la militarización de la vida cotidiana”, sigue una lógica impecable.

CONCLUSIONES

Catolicismo. Servidumbre. Humillación. Resentimiento. Marxismo que asume la violencia como locomotora de la historia. Revolución como esperanza de salvación ya no en el cielo sino en la tierra. Discurso mesiánico difundido con retórica científica. Sendero.

Más acá, Portocarrero señala que del pongo al cholo emergente lo único que ha cambiado es el contenido del discurso. “La orden a obedecer sería ahora: ¡Progresa! ¡Cambia!”

El autor propone, finalmente, escuchar “los milenios de historia”, mirar más atrás, y seguir las pistas trazadas por Arguedas y Flores Galindo.

ODIO MOVADEF

“Quisiera, por favor, con la anuencia de la sala y el respeto que se merecen todos los que participan en esta presentación hacer algunos descargos y aclaraciones que se hacen de mi patrocinado Abimael Guzmán. Yo pienso que es completamente inmoral que se haya escrito este mamotreto”.

Así comenzó su intervención el abogado Alfredo Crespo durante la presentación del libro en el CCPUCP el 28 de junio.

Crespo acusó a Portocarrero de realizar “ataques personales” contra Guzmán y criticó que se pretenda “analizar un hecho político desde el sicologismo”. ¿A qué se refería el abogado? Probablemente al relieve que el libro le da al dolor y sufrimiento que Abimael vivió antes de convertirse en el presidente Gonzalo: “abandono de la madre, maltratos en la casa de los tíos maternos donde se convirtió en una suerte de sirviente doméstico, el autoritarismo de un padre que lo golpeaba cuando no hacía bien las cosas, el desprecio de sus compañeros de colegio en Arequipa por ser hijo ilegítimo y el rechazo que sufrió por parte de la familia de su primera enamorada porque un “bastardo” no era aceptable en la familia”.

Crespo calificó a Portocarrero como “un lacayo del imperialismo”, “un intelectual burgués rabiosamente anticomunista” para finalmente señalarlo como el verdadero “profeta del odio”.

Portocarrero se defendió: “Creo que el problema del señor que ha hablado es que ya no tiene argumentos y ya no puede generar miedo”.

Con esta aclaración se ganó los aplausos de los presentes que, sin embargo, fueron apabullados por la grita de los Movadef. Su iracunda reacción remite a los dibujos comentados en el libro y su “militarización de la vida cotidiana”.

¿Irán a gritar a la mesa redonda de hoy?

En el canal de youtube de Movadef el video de la presentación de hace un mes tiene 27 mil visitas. Es el más popular. Segundo aparece, con casi 6 mil visitas, la respuesta a César Hildebrandt. Donde tres señoritas afirman que su citada columna solo muestra “odiosidad”, llaman “mamotreto”  al semanario e informan que el “Movadef no ha surgido por falta de memoria. Ha surgido porque es una necesidad”.

Evidentemente estos muchachos(as) están luchando por encarnar el cuento de Elena Iparraguirre.

Nos vemos en la Feria.

Juan Carlos Méndez.

Balas perdidas 6

Otro mundo es el nuestro

Visiones y soledades del primer libro de Álvaro Casalino

Los primeros años de esta década no han sido muy pródigos que digamos en lo que se refiere a la aparición de nuevas voces poéticas que  se puedan destacar. Es cierto que aquí y allá encontramos algunos poemas y fragmentos que permiten distinguir a algunos autores con posibilidades a futuro, pero son muy pocos libros estructurados a través de una propuesta inteligente, efectiva y, en el resultado global, lograda. Es por eso que ha sido satisfactorio encontrar y leer El génesis artificial, un primer libro que sorprende por la soltura y dominio de los recursos expresivos que demuestra su autor, Álvaro Casalino Hildebrandt (Trujillo, 1988).

El poemario de Casalino es la declaración de nostalgia por una realidad que ya no existe, más natural y humana, y que ha sido reemplazada por un mundo de máquinas, plástico y desolación que nos promete “una nueva Creación / para que la tragedia predadora subsista”. A través de treinta poemas numerados y un epílogo, escritos con un lenguaje sobrio y un buen sentido del ritmo, Casalino relata este génesis artificial desde un tono a ratos profético, a ratos lírico e intimista que le otorga al libro dos planos que se van alternando con buen cálculo.

El primero busca registrar la decadencia de nuestra estirpe a manos de sus propios artificios: “La imperfección de la vida / llena de espíritu a todas las cosas existentes; / la máquina se rebelará contra su inventor, / con la rutina alcanzará su libertad / y ante el llamado de lo que alguna vez ha sido / la vida que duerme inconsciente bajo tierra // Estos nuevos seres de metal brillarán / bajo el esplendor de la luna llena / y no habrá más dudas / solo la certeza de lo incierto”. Aquí sobresale el afilado dramatismo de las imágenes que transmiten acertadamente el clima desesperanzado y sombrío del mundo que Casalino quiere denunciar: “Criatura ascendente, / vas multiplicando tu saber / pero qué fácilmente confundes los caminos. // Acoges con emoción todas las nuevas palabras / y las palabras se te escapan, como balas, de tu boca / directo al corazón del otro. / Y en el olvido / has hecho desaparecer los tiempos del verano y del verdor / y solo la nostalgia pronuncia tu sentencia”.

El segundo plano atañe a las consecuencias de este Nuevo Orden en el ámbito personal del sujeto poético. Este aparece atrapado por una atroz melancolía, aquella que caracteriza a los seres que envejecen sin tener destino: “Por un rato / han cesado los trinos. / Por un rato / la mañana y la tarde han seguido fluyendo / como ríos de horas hacia la catarata / donde el abismo del tiempo / se ha sentado junto a mi ventana / también para escucharlos”. Es en estos poemas donde Casalino despliega una intensidad lírica inusual que alcanza a desarrollar con innegable vigor los estados de desamparo y resignación en los que el protagonista del libro está sumido.

Pero aunque El génesis artificial es un libro que puede parecer trágico y pesimista –el sujeto poético está reducido a ser un forzoso espectador de lo inevitable-, los últimos poemas del conjunto sugieren la promesa de un regreso al constantemente evocado y añorado mundo natural: “Si me atreviera a escribirte / te tendría que llamar de mil maneras / y mi sorda canción subordinada / sonaría / como un eco eterno / e irrepetible. / Si me atreviera a escribirte, / digo, si me atreviera, / volvería a ser yo cuando era yo / volvería a ser libre”.

Hay que decir que no todos los poemas poseen los méritos ya señalados. En algunas ocasiones Casalino se descuida y hace demasiado explícito su mensaje, llegando a veces a la obviedad característica del panfleto: “los hilos del CONTROL / trazan el escenario sobre el cual / hemos de actuar. / Los tristes muñecos / adictos a su opresión / globalizando obsesiones”. Pero esta objeción no afecta la impresión general que nos produce El génesis artificial: la de un libro solvente que revela a un poeta que puede dar el gran salto en sus siguientes entregas. Estaremos atentos. (José Carlos Yrigoyen)

[Autor: Alvaro Casalino Hildebrandt. Título: El génesis artificial. Editorial Arkabas, 2012. Relación con la editorial: ninguna. Relación con el autor: ninguna.]

El Cuarto Fujimorismo

La ucronía de un triunfo de Keiko Fujimori en el 2011 en libro de ensayos contrafácticos Contra-Historia del Perú (Mitin, 2012). Un extracto.

Escribe: Carlos Cabanillas

El hombre había aparecido de la nada, como la primera vez. Miraba hacia abajo desde una silla de ruedas estacionada en el balcón para invitados presidenciales. Eran los mismos ojos pequeños e impasibles. El mismo rostro imperturbable, con arrugas pero sin pasado. Lo cubría un enorme sobretodo negro que dejaba ver el cuello blanco de una camisa demasiado grande. Quizás era cierto que había perdido 15 kilos. Aquel 28 de julio de 2011 su nombre estaba en todos los diarios. Alberto Fujimori presenciaría la toma de mando de su hija el día de su cumpleaños número 73. Pocos lo creyeron. Y es que todo lo concerniente a él siempre había sido incierto: su nombre, su edad y, sobre todo, su presencia. Más de veinte años después, el hombre seguía siendo un misterio.

Cuando los fotógrafos lo reconocieron intentó sonreír de medio lado. Era el rictus de antes. El gesto cómplice de quien sabía lo que todos sabían que iba a suceder. De alguna extraña manera, ese día yo también lo supe.

***
En el medio, algunos policías verdes dividiendo las aguas. En el horizonte de aquellos días, en cambio, todo pareció estar cubierto por la peruana niebla de lo indeterminado. Humala habló de fraude en Puno. Una oficina de la ONPE fue incendiada en Cusco. Hubo marchas y contramarchas en la selva. Los especialistas calcularon al menos 230 conflictos sociales en todo el país. Un tercio latentes, el resto urgentes.Desde la ventana del Hotel Bolívar el panorama en las calles se hizo más claro: una hilera de banderolas blancas trenzada con una larga fila de polos anaranjados.

Dentro del hotel, el resto del país no existía. Luego de la conferencia de prensa, un anónimo animador pidió vivas por la familia presidencial. Las velas se colocaron una a una sobre un improvisado altar, mientras un cura oficiaba los rezos por la salud del ex presidente. La versión oficial decía que este se había negado a recibir el indulto. Que solo lo había aceptado ante la insistencia de los médicos del Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas. Cuando le dieron de alta, una oportuna encuesta de opinión ya había allanado el terreno para su regreso. A pesar de ello, mantuvo su característico perfil bajo. Hubo avistamientos, pero ninguno se pudo confirmar. Eran sosias, decían. Imitadores. Con el pasar de los días se convirtió otra vez en un rumor, en una ausencia insoportablemente leve, en un Fushía viejo y enfermo. “Imaginemos un país literario”, había dicho alguna vez, luego del golpe del 92.

El de la Plaza San Martín fue el único conflicto social que logró ser controlado. Las manifestaciones en Lima habían empezado el lunes 25 de julio, durante la juramentación de los nuevos congresistas. Aquella mañana, entre monedas y carpetazos, Martha Chávez insultó a la parlamentaria andina accesitaria Nora Bonifaz. Todo un mensaje para la oposición, pero también para la futura presidenta. Al día siguiente hubo una quema de muñecos en la Plaza Dos de Mayo. Uno tenía una gran letra K junto a un letrero que decía Keiko al gobierno, Kenya al poder. Era la frase de un periodista opositor. Alrededor de la plaza, una serpiente bicéfala era cargada por una decena de personas. Como las dos caras de Jano, una miraba al futuro y la otra apuntaba al pasado. Modernidad y tradición, mujer y hombre, occidente y oriente, Lima y el resto del país. Esa noche, el grupo de teatro Yuyachkani encabezó una protesta itinerante que recorrió las principales plazas del centro histórico. Al tercer día de revuelta, la policía ya estaba lo suficientemente advertida. Quizás por eso recibió con los brazos abiertos a la discreta réplica de La Marcha de los Cuatro Suyos que se atrevió a pisar la Plaza San Martín. Visto en perspectiva, fue un toque de diana que anunciaba lo que se venía.

En la recepción y el hall interior, los corresponsales de la prensa extranjera hablaron sobre un mismo tema: ¿en qué momento el escenario de la presentación del video Kouri-Montesinos se había convertido en el estrado del régimen? El entonces nuevo partido de gobierno empezó a frecuentar el viejo hotel —testigo de tantas batallas— desde el mitin de celebración de su paso a la segunda vuelta. Más precisamente, desde la noche en que la ahora presidenta dijo que el de su padre había sido «el mejor gobierno de la historia del Perú». En ese entonces era imposible calcular el costo de la frase.

La llamada Vigilia por la Paz acabó cuando la voz de Dina Páucar salió de los parlantes. Por unos segundos, la canción atrajo a la presidenta electa hacia el balcón de la suite presidencial. Qué lindos eran sus ojos, qué dulces eran sus labios, un aplauso para Keiko, por favor. Y como vino, desapareció. Así habían sido sus apariciones durante las últimas semanas. Esporádicas, silenciosas, breves. ¿Era otra vez el viejo estilo Fujimori? Quizás era solo desorden. Según algunos congresistas de su partido, el triunfo les cayó por sorpresa. No pensaron alcanzar la segunda vuelta. Tampoco creyeron poder ganarla. Siempre pensaron que su año sería 2016, que el recuerdo estaba aún muy fresco en la memoria. Quizás por eso la campaña electoral había empezado siendo una improvisada y continua fuga hacia adelante. Anuncios efectistas, promesas de gasto público, pocas palabras y mucho clientelismo. Había empezado así, pero un mes antes de la elección final la estrategia cambió en un rapto de autocrítica. Se concentró en las zonas pobres pero urbanas, en especial en lo que ellos llamaban el sólido norte naranja. También se concentró en solo dos voceros. Fue la forma de sincerar anticuerpos y contrarrestar actos fallidos. El mitin final fue un mensaje ambiguo de optimismo, mucha música y un estrado a ras del piso, sin olvidar jamás aquello de un peruano como tú. La vieja lección del padre aún servía. Sí, la gente vería lo que quería ver.

El respiro lo dio el fútbol. La buena racha del delantero Paolo Guerrero en la Copa América fue agradecida en silencio por toda la plana mayor del gobierno electo. Paralelamente, las dudas crecían. También la improvisación. Todo hacía indicar que volverían a patear los grandes problemas hacia adelante. Apagar incendios, alargar las negociaciones, gastar las reservas en asistencialismo, lanzar programas efectistas y dejar para mañana lo que no podía hacerse ni hoy ni nunca. Desde el golpe del 5 de abril de 1992, esa también había sido la especialidad del estilo Fujimori: la fuga hacia adelante y la fuga a secas. El golpe de estado invisible. La pregunta era si la misma estrategia podría funcionar esta vez. La única certeza era la continuidad de las políticas económicas, o al menos eso se suponía. El futuro distaba mucho de ser lo que era antes. Empezaba la era del cuarto fujimorismo pero todo parecía haber sido dejado al albur de las circunstancias. No era irónico: era la misma inercia que nos empujaba desde hacía veinte años. Con tantos cambios en el aire y tan poca información de primera mano, los columnistas se apoyaron en la historia. Algunos hablaron de un indirecto resarcimiento a Leguía a través de Fujimori, a meses de cumplirse los ochenta años de su muerte. Sí pues, éramos un país que sabía perdonar. Si el hijo de Prado había sido presidente luego del viaje de su padre, ¿por qué no? En la orilla opuesta, un conocido columnista marxista escribió sobre Odría y la célula sanmarquina Cahuide, ironizando el papel de la marcha encabezada por Mario Vargas Llosa y Ollanta Humala. Sí pues, en el Perú la historia siempre se repetía como tragedia.

***

Entre aplausos de pie, el discurso subrayó la importancia de la seguridad ciudadana. Más cárceles, mayores penas y la creación de comités de autodefensa. El plan Calle Segura empezaría en Lima y Trujillo. La mano dura sería implacable con la delincuencia, les daba su palabra. Las mujeres en este país siempre habían sido de armas tomar. Aplausos en las curules. En el balcón, la mirada fija del padre. El mensaje era para él. Hubo algunas sorpresas. La flamante presidenta habló en quechua, como lo había hecho en el debate de la segunda vuelta electoral. Recordó a Mama Huaco, la mítica fundadora del Imperio Incaico; a la Señora de Cao, gobernante mochica; y a la virreina Ana de Borja, Condesa de Lemos. También habló del centenario de Machu Picchu y del próximo Bicentenario de la Independencia. Días después se supo que algunas de las citas provenían de un libro de Pablo Macera. Dos analistas coincidieron en que las inesperadas referencias eran otra forma de distanciarse del padre, quien públicamente había despreciado la historia del Perú. Pero también significaban un intento por contrarrestar los ataques racistas que desde las elecciones se venían reproduciendo en medios y redes sociales. El mensaje parecía claro: no era 1990, no tenía pasaporte nipón, no era anti peruana y, sobre todo, no eran una dinastía. En un programa de radio, un congresista fujimorista llegó al extremo de afirmar que Manco Cápac había sido japonés.

(Este extracto fue publicado en la revista Caretas, edición 2242)

Más sobre el libro Contra-Historia del Perú (Mitin, 2012):